domingo, 15 de mayo de 2011

Inclínate sobre mí ...

Inclínate sobre mí;
así ...
paséate por mi fuego.

Camina entre mis manos
con ternura,
con tus besos.

Piérdete sin temores;
así ...
suavemente, entre mis dedos.

Inmolaré los recuerdos
al dios de nuestros miedos.

Ciégame con la luz clara
de tu mirada. Veneno.

Estreméceme la carne;
así ...
dulcemente, sin tiempo.

Siembra con tus gemidos
este jardín de versos,
y despertemos del sueño
que los árboles nos dieron.

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