miércoles, 23 de agosto de 2017

Soneto I

La curva juvenil de tu sonrisa,
aún de tierra, aún de agua y terciopelo,
atravesó mi carne con su fuego
hundiéndose en el centro de mi vida.

Cada abrazo traspasa mi camisa.
Tus luceros se clavan en mi pecho,
que queman e inflaman los deseos,
las palabras, tus miradas, mis caricias.

Forjarás mi destino en tus caderas
a martillo en este yunque iluminado,
en silencio, sin premura y sin miedos.

Cuidaré, vida y muerte, a mi manera.
El espacio y el tiempo regalados.
De la mano: tú luz, yo aire. Eternos.

sábado, 12 de agosto de 2017

Oda a la humildad


¡Ay! Qué más quisiera yo ser sabio,
atrapar todo el tiempo
dentro de esta copa que es mi alma,
navegar orgulloso por eones,
sin rumbo, sin miedos,
conocer las respuestas
y la calma.

Qué más quisiera yo ser poeta,
deshacer la materia y el anhelo,
y crear nuevas voces, nuevos seres,
dibujar redondos mundos,
inventar nuevos deseos,
sentimientos y sentidos,
nuevos saberes.

¡Ay!, pero soy hombre.
Ínfimo me conozco
y reconozco hombre.
Hombre en la mirada del simple,
hombre en la sabiduría del necio,
hombre en la sonrisa del mediocre.
Al fin y al cabo, hombre

¡Ay, humildad de mis años!,
que escudriñas en mi cieno
más preciso, más secreto;
que me muestras quién soy
en el espejo de los ojos,
en la carne que es el tiempo;
que me juzgas con esa mirada distinta,
sin deseo;
que conmueves mis cimientos,
con esa sonrisa vacía,
y sin eco.

¡Ay, humildad que amenazas
mis castillos en el aire!
¡Cuánto dueles!
No eres, ni necedad ni desprecio,
sino el valor de lo propio,
que aunque pequeño, valioso.

A ser humilde de tierra y de agua,
a conocerme y conocerte, me debo,
a no saltar los límites del sendero,
a no ser vanidoso.

A ser de ellos.
No de mí.
De los otros.
De los últimos.

Y recoger los trozos de sus sombras,
las formas, lo auténtico, lo mínimo,
y aprender de los que buscan,
incansables en los libros y las ciencias,
el sentido último,
el deseo primero,
definitivamente,
la esencia.

Hastío



Sucede que me canso de ser hombre.

De ser ángel de carne, desechado.
De ser vértigo luminoso
sobre el blanco verbo inmaculado
de la nada fecunda;
bajo el techo gris, ominoso,
de la nube líquida, deslumbrado,
que me inunda.

Mediocre, me canso de ser hombre.

De ser demonio de vientos, deseado.
De ser lava a borbotones
del vulcano vientre arrojado,
a esta famélica vida.
De ir recogiendo jirones.
De ir cosiendo retales, inacabado,
ruina de esta casa derruida.

Sobre la tierra dura, hombre.

De metálica fuente nacen lagos
de miedos y fuegos que perduran,
como géiseres que deshacen, magos,
las angustias, los dolores y las dudas,
como brotes que renacen, claros,
de las ganas, los hados y las brumas.

Duele, aunque no lo parezca, ser hombre.

Aún así, hombre sin excusas,
no recibir el espíritu, duele,
de la redentora brisa de la musa
que de ser hombre me releve,
que a ser niebla me impulsa,
que por ser alma me libere.

Humano, imagen, sombra de hombre.

Cansado y harto de mí mismo
solo me queda avanzar,
remedar de otros el camino,
esperar la lluvia bautismal
que me absuelva del pasado y del delito,
del recuerdo, de la necedad,
de la misión y el destino.

Sucede que me canso de ser hombre.

De ser poema, visión y anhelo,
de ser hierba, de ser cielo,
de ser dolor y silencio,
de ser error, de ser deseo
y asilo.

Sucede que me canso de ser...

jueves, 9 de febrero de 2017

Instante cero.

Primer instante ... Génesis, origen.
¡Antes de tí, nada!
La ausencia de toda esencia,
de toda cantidad y forma.
Aún ni caos, ni luz, ni almas.

Punto primigenio... Instante cero.
¡Despúes de tí, todo!
El acto y la potencia.
El dolor y la ternura.
El ser y la palabra.

Y yo presente,
ávido de ti, con hambre vieja,
quedo en luna transformado,
en estrella fría y dura demudado.  

Contemplando este vacío,
lleno de océanos y de dunas, 
de lágrimas, sangres y sombras, 
de montañas, de ríos y de dunas.   

Ser


Se trata de ser...

De ser bruma a través del bosque
que derrumba sus hojas

sobre nosotros,
cubriéndonos de incertidumbre
y de tiempo.

De ser rayo de luz sobre el agua
que nos lleva tumultuosa, turbia,
de pensamiento en pensamiento.

De ser desnudo de aire y de viento,
a pesar de la piel 
y de las sombras.
Se trata de ser auténtico.

Se trata de ser...

De ser y de morir gota a gota
y, a pesar del dolor, renacer,
a pesar de la oscuridad
de aquí adentro.

De ser y de fluir.
No de pasar , sino de quedarse
en cada ahora.
De ser inquilino del tiempo.
De ser eterno.

Se trata de ser luz.
De ser lo que se es.
No de ser algo. No de ser alguien.
Se trata de contemplarnos 
y reconocernos.

Se trata de ser.

No de saber o tener.
De ser vapor y nube y lluvia.
De ser horizonte y camino.  
De ser música.
De ser silencio.

Se trata de ser uno. 

viernes, 20 de enero de 2017

Viaje

Para este largo viaje,
tu luz y mis zapatos,
tu tierra y mis nubes.
Y en la maleta,
tu sonrisa y mis caricias,
tu mirada y tu voz.