La noche oculta las formas
y las lágrimas.
La oscuridad atraviesa las casas
y las sonrisas.
Besos largos y profundos
se disparan en las sombras.
Miradas cerradas;
caricias usadas.
El rocío será testigo
de este mar de rosas muertas
que escapan por las ventanas.
Y las puertas, confidentes,
tan cerradas,
denuncian las desnudeces
de flores sin esperanza.
En este dolor tan vivo
donde se yerguen los sueños,
mi soledad se distrae
y te responde en silencio.
En cada palabra
que digo
y en cada suspiro que exhalo,
se me desmayan las rosas,
se me duermen los deseos.
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