martes, 16 de julio de 2013

Equilibrio


Tan real Tú, tan en la tierra.
Tan voluble Yo, tan el cielo.
Este equilibrio de amor, este milagro,
nos disuelve, en la luz, como a la niebla,
nos ancla, con raíces, a este suelo.

Cristalizas en presente, como roca.
Efímero, sin lugar ni tiempo, fluyo.
Esta quimera posible, esta utopía,
nos clava con la lanza del "ahora",
nos mece suavemente entre los siglos.

Tú fijas el compás de nuestro baile.
Yo invento en cada paso y cada giro.
Esta danza imperfecta de la vida,
nos rompe, aumentando la entropía,
nos devuelve del caos al equilibrio.

Nos debemos una nube...


Nos debemos una nube...

Una nube eterna de miradas,
de brillos azabaches y profundos,
de besos lentos y rotundos,
de estrellas, en tu pelo, insinuadas.
Una nube de tiempos desbocados,
una nube de sonrisas salpicada,
de caricias y lunas asustadas,
de suspiros y gemidos alocados.

Nos debemos una noche...

Una noche de ternuras y sudores,
de viajes, de caricias y de encuentros,
de soledades, de abrazos y de infiernos,
de misterios, de miedos, de temores.
Una noche que nos regale su sombra,
que inflame tu piel entre temblores,
que rocíe de humedad las suaves formas
de tu cuerpo, de tu voz y tus rincones.

Nos debemos otra vida inacabada
repleta de otras nubes y otras noches deseadas.