domingo, 15 de mayo de 2011

Muerte

El corazón se ha parado
en los filos de un destello,
el alma se está quebrando
como un espejo de invierno.

Se escapa rauda la vida
por donde apunta la tarde
prendida en la luz dormida
que brilla sobre la sangre.

Está viniendo la muerte
con su tesoro en tinieblas
blandiendo la luz hiriente
que le roba a cada estrella.

El alma guiará las barcas
cuando al ocaso naveguen,
sobre las olas amargas
donde el destino se mece.

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