miércoles, 3 de diciembre de 2025

Sin mapa

 

No hubo mapa.
Ni brújula ni estrella.
Solo el paso ciego
sobre la  dura 
tierra.

Sobre el cieno.

No hubo plan,
ni arquitectura.
Ni promesa, ni sueños.
Solo devenir y esfuerzo.

Y sin embargo... llegué.

De repente, la luz.
Delante de mí, la alegría
brotando libre.

Y me así a su flor
nacida de la grieta.
Sin permiso. Espontánea.
Como amanece el día.
Inevitable. Perfecto.

No había puerto programado.
No había escalas previstas.
Y el mar me regaló la orilla.

No buscaba el fruto.
La fortuna cargó mis ramas.

Y me meció en su barca.

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