La verdad no es absoluta.
No es con mayúsculas.
Todos mentimos.
Manejamos la realidad
a nuestra conveniencia
y la fabricamos según
nuestras circunstancias.
El arte de muchos es procurar que
esa falacia no se advierta.
La realidad no es más que un acuerdo social.
Acordamos qué está bien,
qué está mal, qué es lo justo,
qué es lo bello ...
Por eso nos dan miedo
aquellos que no aceptan ese acuerdo
y los marginamos.
La verdad, como la vida misma,
es contraste, desequilibrio,
diferencias, movimiento ...
Así ...
la oscuridad revela
la ardiente belleza de la llama ...,
el prisma separa
la cálida variedad del arco iris de la insípida blancura de la luz ...
y el silencio provoca
la súbita emoción de la música.
La verdad
es una batalla sorda y constante
entre posturas e imposturas.
No hacemos más que separarnos,
resaltar las diferencias, alejarnos, ...
buscando la verdad, la supuesta absoluta verdad.
Sin embargo,
somos
tan iguales y tan distintos a la vez ... estamos hechos de los mismos
miedos,
anhelos y sinrazones,
de los mismos pecados y amores,
de la
misma angustia y de la misma paz.
No hay verdad absoluta.
Hay distintas, infinitas verdades,
todas veraces y no juzgables.
De nuevo nos sorprendes con tu fluida producción poética. Un intimismo lírico sobrecogedor marcado con el sello de la verdad desnuda.
ResponderEliminarMe gusta lo que escribes. Enhorabuena, de nuevo, por tan magnífico blog.
Muchas gracias por deleitarnos con tu poesía.
Charo B.