sábado, 31 de mayo de 2014

Caída y esperanza

Esta vida interior que lenta languidece,
oculta a los labios y a los ojos,
ni vive, ni sangra, ni sueña, ni duerme ...
reseca y yerma yace sin futuro, sin raíces,
sin luz, sin sombra, sin frutos, sin matices.

Este espanto me atormenta y me sorprende
en una atroz y súbito hundimiento,
de un cielo lívido, estéril e indecente,
que se oculta oscuro, obsceno y mentiroso,
que se esconde tras silencios pegajosos.

¡Oh ángel de sonrisa perfumada!
Absuelve a este informe penitente,
con tu luz ambarina y nacarada,
de los restos cenagosos de mi mente.

Quizás, solo tú, promesa figurada, 
diosa de mirada incandescente,
ungirás esta vida destrozada,
con un beso prohibido y sugerente.

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