viernes, 14 de noviembre de 2025

FUI

 Antes de ser no FUI, pero …

FUI anémona translúcida de la muerte cercana
y la medusa elegante de la vida por venir.
FUI “sin” y “con”. Zeus y Apolo.
FUI de cualquier modo y forma. Materia, alma y timbre.
Cisne y lombriz.

FUI todo lo que no FUI.
Tu ausencia, tu espacio por llenar.

No FUI el camino más corto. Ni el puente ni el sendero.
Ni la línea, ni el punto. Ni de Kandinsky. Azul, sí.
Ni espiral, ni globo, ni recta. Elipse, sí. Curva en el caos.
Ni futuro ni pasado, solo presente FUI.

FUI la espera y la esperanza. El agua naranja al ocaso.
Trastero de emociones. La caricia y la ternura. La lágrima y la sonrisa.
Una única pasión, tú. Pero sin sentirte aún, sin conocerte, FUI.
En la discreta onda en tu orilla.

Ruinas en la mente. Pasos efímeros en dunas ardiendo.
Viento caliente exhalado por el anhelo.
Nidos de hielo y brasas en el lecho.

Hasta tú.

Y sentí lo que no se dice, lo que no se sabe decir,
lo que no se quiere decir. Lo que nos hiere al decir.
FUI el papel y la sangre. Más que eso: borrón y herida.
El barro y el cieno y el agua clara, el río y la espuma.
Con miradas de ágata y ónice. 

FUI tierno y salvaje. Pero no jungla sino desierto. Seco y de noches frías.
Labios agrietados. Pergamino y papiro por mancillar.
De universo y de eco. De fotones deslumbrados.


Las firmas de Dios y del Diablo. Del amor y del cuchillo.
Místico, piadoso, ateo y Midas. La sonrisa de Venus y el pie alado de Mercurio.

Géminis FUI. El misterio en Juno amarillo.

La clave en el nocturno de Chopin FUI.

El destino en la quinta de Beethoven.
El grito de Munch encendido. La luz de Sorolla evocada.

La llamada inteligente en la madrugada. El taxi con luz encendida.
Reflejo en los charcos y humedad.
Una Coca-Cola y tus brazos.

FUI la crisis y la unión. La grieta y el enlace.
El sinsabor de los niños. La lascivia de los viejos.
Azul y verde limón, rosa y violeta. FUI magenta ilusión.
La compasión y la lamentación. Lo dulce en la rabia.

La decisión y el miedo. FUI oral y carnal, verbal y manual.
Labio y dedo. Sexo y vertical. En el corazón frío y en la mano cálido.
Serio, vehemente. Sanador. Símbolo y metáfora.
La piedra preñada de dudas. La rúbrica del dolor FUI.

FUI complejo, real e imaginario. Enamorado. Roto.
Menos natural que entero, menos entero que racional,
menos racional que real y menos real que complejo.

FUI palabra, volumen, rayo doliente.
Luz y sonido. Distracción, contexto y dirección FUI.
Orgánico y piedra. De carbón y de sangre.

FUI lo que me rodea. FUI lo habitual y lo cercano, lo aburrido y lo lejano,
y el vuelo, y el límite, y la frontera y lo ajeno.
 

FUI todo esto antes de SER.
 

Y al verte ... colapsé.
 

¡SOY!



¿De qué puedo hablar?

 

¿De qué puedo hablar?

¿Acaso el paso del tiempo es referible?

Se que en él fluyen el anhelo y la desesperanza.

¿Acaso del ritmo de mi respiración?

¿O quizás la sensación del tacto de mis pies con el suelo?

Ingrávido andar sobre el efímero camino inventado en cada momento.

¿Sobre el espacio que nos contiene?

Cierro los ojos y veo mi silencio interior.

(¿Acaso el silencio puede verse?)

Un grito de nubes que pasan

cargadas de dolor y de culpa,

en caída libre, inmóviles.

Como caen los planetas

alrededor de su estrella.

Atrapados. Ligados.

Incesantes giran sin rumbo.

Vuelta tras vuelta,

sin propósito,

buscando nada.

¿Qué hago con esto que siento?

Con esta llama inconclusa

que me devora por dentro,

con esta lechosa luz que

emana de lo profundo,

con esta roja pasión

que me lanza desde el tiempo.

¿Cantar? ¿Orar? ¿Leer?

¿Escribir? ¿Pintar? ¿Imaginar?

¿Cómo puedo decir esto que siento?

El silencio es más elocuente

que el sonido del mar en la madrugada.

Que me llama.

Que me arrulla.

Que me habla.

Pero el silencio calla.

Podría inventar una palabra muda.

No. Ni siquiera ella explicaría

la oscuridad de esta noche.

Porque esa palabra no explica.

Esa palabra no dice, ni siquiera: "La luna se ha asomado".


Una palabra efímera que sobrevuele.

los espacios y los tiempos,

las emociones y las acciones,

los deseos, los amores y los miedos.

Pero... ¿cuál es la palabra?

Palabra huérfana e hija de todo.

¿Poesía?